miércoles, 9 de mayo de 2007

"Pagliacci": Los payasos también lloran.

Dicen bien que la música en sus diferentes formas es siempre una expresión del sentimiento humano, que cada letra, que cada composición nace en el autor como resultado de su propia individualización. Como el músico, también el escritor, el pintor y todo artísta siempre la creación que de ellos emane, llevará puesto a conciencia su marca, su historia. Y si bien es cierto que mejor prueba que nosotros mismos, la canción predilecta, aquella pintura que nos conmueve ó la genial historia que nos hace vibrar en cada noche de lectura, por la sencilla razón que esas obras 'cuales quieran que estás sean' tienen por alguna razón la facultad de penetrar al interior de nuestros corazones, al interior de nuestra alma. Esa exquisita y plena analogía que podemos hacer con cada acorde, cuando nos sentimos tristez, cuando odiamos, cuando inclusive nos enamoramos, y que mejor bendición que esa.

Esta vez les presento 'Pagliacci' (Payasos), una obra de Ruggiero Leoncavallo. El aria que les pongo a continuación se titula: "Vesti la giubba" (Ponte el disfraz) y el contexto de esta es el siguiente: Canio, el director de una compañía ambulante de tetaro, llamada la 'Commedia dell'Arte', se acaba de enterar de que su esposa Nedda, primera actriz de la misma compañía, le es infiel. Pero es la hora de la actuación y la función debe continuar! tocándole a él, el papel de payaso.
En voz de Placido Domingo, el tenor -hoy por hoy- más completo de todos, en lo personal me encanta la manera en que acostumbra darle vida a todas sus interpretaciones.



-VESTI LA GIUBBA-

Recitar! (¡Actuar!)
Mentre preso del delirio (Mientras presa del delirio)
non so più quel che dico (No sé ya lo que digo)
e quel che faccio! (Ni lo que hago)
Eppur, è d'uopo... sforzati! (Sin embargo, es necesario.. ¡Esfuerzate!)
Bah, sei tu forse un uom? (¡Bah! ¿Acaso eres tu un hombre?)
(ride) (Ríe)
Tu sei Pagliaccio! (¡Tu eres payaso!)

Vesti la giubba e la faccia infarina. (Ponte el disfraz y la cara enharina)
La gente paga e rider vuole qua, (La gente paga y quiere reírse aquí)
e se Arlecchin t'invola Colombina, (Y sí Arlequín te birla a Columbina)
ridi, Pagliaccio, e ognun t'applaudirà! (¡Ríe payaso, y todos te apludirán!)
Tramuta in lazzi lo spasmo ed il pianto; (Muda en pantomimas la congoja y el llanto)
in una smorfia il singhiozzo e il dolor. (En una mueca los sollozos y el dolor)
Ah, ridi, Pagliaccio sul tuo amor infranto! (¡Ah, ríe, payaso, sobre tu amor despedazado!)
Ridi del duol che t'avvelena il cor! (¡Ríe del dolor que te envenena el corazón)



-PAGLIACCI-

Prólogo.
Tras el preludio, Leoncavallo inicia esta ópera con la aparición, a telón bajado, de Tonio, disfrazado de Taddeo en la 'Commedia dell 'Arte'. Tonio se presenta ante el público para explicar qué obra van a ver los espectadores y como podrán disfrutar de esta obra que el autor compuso para los hombres, lleno está de amores y odios. Es un aria en la que se puede observar los distintos cambios musicales

Acto I.
Todo empieza con la llegada de un grupo de payasos a un pueblo, en la festividad de la virgen de Agosto, para representar una obra. La compañía, dirigida por Canio, está formada también por su esposa Nedda, el jorobado Tonio, y Beppe. El recibimiento es acogedor para ellos, lo cual agradecen. Canio anuncia al pueblo que esa misma noche a las 23 horas habrá gran espectáculo al que nadie debe faltar ("Un grande spettacolo a ventitré ore"). Cuando Nedda baja, Tonio le trata de ayudar, pero Canio le da un pequeño golpe mientras que los lugareños se atacan de la risa. Los celos de Canio vuelven a resurgir cuando algún joven le insinúa, sin mala intención, que Tonio, que había rechazado la invitación para tomar algo junto a los compañeros, se había quedado para cortejar a Nedda. Canio muestra en este aria, "Un tal gioco, credetemi", un carácter revelador del final de esta ópera ya que deja bien claro que el final, en la realidad, sería bien diferente del de la obra en caso de que Nedda le engañase con algún hombre (se notará como Canio aumenta su intensidad cuando habla de lo que pasaría sin descubriese a Nedda). La llegada de gaiteros acompañando la comitiva de parejas que van a las vísperas, junto a las campanadas de la iglesia del pueblo, hacen que la gente despeje la plaza ("Don, din, don, din. suona vespero"). Cuando Nedda se queda sola, se pone a pensar y preocuparse por la actitud celosa mostrada por Canio ("Qual fiamma avea nel guardo"...¡¡qué fuego tenía en la mirada!!). Nedda está enamorada secretamente de otro... y ese amor que le hace cambiar su discurso para volverlo más alegre ("Oh! Che volo d'augelli, e quante strida!..." ¡El vuelo de los pájaros, qué bullicio!). Sin embargo, Tonio no se había ido y estaba observándola. Cuando ella lo descubre, la conversación es punzante por parte de Nedda, que tanto desprecia a él como a sus ridículos intentos de acercársele ("So ben che difforme conforto son io"... Sé bien que soy deforme). El constante desprecio y la mofa llevan a Tonio a amenazarla de "que lo pagará".
La llegada de Silvio alegra a Nedda, primero inquieta por la imprudencia, pero el amor vuelve a salir en este dúo... con un espectador terrible, ya que Tonio ha observado que Silvio trata de convencer a Nedda para huir ("E allor perché, di', tu m'hai stregato"...). El dúo es sentido, emocionado, un Silvio implorante, una Nedda deseosa de ser libre que acaba convencida, citándose para medianoche. Esta parte de la conversación ha sido escuchada por Canio, acompañado por Tonio y que salta ante la exclamación de ella a Silvio ( "...e per sempre tua sarò"), lo que hace que el amante de Nedda huya. Canio se muestra colérico y trata de averiguar el nombre de esa persona que estaba junto a ella pero Nedda calla. La escena es atroz y los compañeros tratan de apaciguarlo ya que la gente está a punto de salir de la iglesia y no debían permitir que se dieran cuenta de lo que ocurría; Tonio trata de tranquilizarlo asegurándole que el amante estará esa noche viendo el espectáculo y le pide que finja. En este momento es cuando se canta la famosa aria de "Recitar!....Vesti la giubba", que refleja ese dicho "la gente paga y quiere reír" y el célebre "ridi, Pagliaccio", que ha popularizado esta ópera en el mundo gracias a tenores que no han dudado en representar este papel y lograr una interpretación histórica del personaje. Canio se muestra hundido pero "el espectáculo ha de seguir" y ha de actuar para el público.

Intermedio.
El sirve para prepararnos para la obra que la compañía de payasos va llevar adelante. En esta "Commedia dell'Arte" Canio es Pagliaccio, Nedda es Colombina, Tonio es Tadeo y, por último, Beppe es Arlecchino.

Acto II.
El acto comienza con el coro de aldeanos que se van aposentando en sus asientos para ver la obra. Entre ellos está Silvio, que le recuerda que la esperará al final. El desarrollo de la obra de la compañia es el siguiente:
Colombina está en una salita paseando mientras la voz de arlequín implora por su amor ("Oh! Colombina, il tenero fido Arlecchin..." Oh,Colombina,el fiel y tierno Arlequín). La llegada de Tadeo, bufón enamorado de Colombina, nos devuelve, aunque sea de forma jocosa, al primer acto respecto al encuentro de Tonio y Nedda ("Sei tu bestia?"). Arlequín sube y alcanza la ventana de la habitación donde está Colombina y Tadeo y echa al bufón ante las risas del público. El pequeño dúo amoroso-jocoso culmina con las mismas palabras que Nedda dijo a Silvio, lo que acelera la furia en Canio. La entrada en escena como Pagliaccio es el fin de la ópera. La realidad empieza a sobrepasar a la ficción. Ante el público atónito, Pagliaccio desaparece para que Canio se muestre como tal ("Pagliaccio non sono...") con una actitud tan despiadada ante Nedda ("Sperai, tanto il delirio") que le exige que revele el nombre de su amante. Nedda trata de seguir con su papel de Colombina y seguir con la comedia pero el intento es infructuoso ya que Canio ya está lleno de ira y dispuesto a matarla. Silvio, que ha sido el único en el público que pensaba que la escena no era de ficción, intenta salvarla pero sólo logra ponerse a tiro de Canio, que también lo mata. Con un terrible e irónico "La commedia è finita", concluye la ópera mientras el telón baja ocultando los cuerpos inertes de los dos amantes.


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