domingo, 6 de mayo de 2007

Nessun Dorma: La historia de Turandot


Quien no ha escuchado esta famosa aria de Puccini y no se ha sentido ser tocado por la mano de Dios? Puedo definir con una palabra a esta, su 'Nessun Dorma' una de las obras más magistrales de este maestro: Enorme!! Escuchar su melodía es un deleite, entender su historia y más aún la obra de la cual surge 'Turandot' es lo que encierre el verdadero secreto para volar a la par de su creador.




Aria Principal de "Turandot" de Puccini, 3° Acto

-CALAF-
Nessun dorma!
Nessun dorma!
Tu pure, o principessa,
nella tua fredda stanza
guardi le stelle che tremano
d'amore e di speranza!
Ma il mio misteroè
chiuso in me,
il mio nome nessun saprà!
No, no, sulla tua bocca lo dirò,
quando la luce splenderà!
Ed il mio bacio scioglerà
il silenzio che ti fa mia!

-VOCI DI DAME-
Il nome suo nessun saprà...
E noi dovrem, ahimè,
morir! Morir!

-CALAF-
Dilegua, o notte!
Tramontane, stelle!
Tramontane, stelle!
All'alba vincerò!
Vincerò! Vincerò!

TURANDOT
Historia
Obra constituida por 3 actos, relata el trágico edicto de la bella princesa 'Turandot', una mujer de divinidad hipnotizante que lograba que cualquier hombre que la viera se rindiera ante su belleza en el acto. Pero sanguinaría y fría, Turandot caprichosamente le pide a su padre el Emperador de China que no cualquiera podría reclamar su mano, a menos que el que la pretenda acertara las 3 adivinanzas que esta impondría, para que sólo así su postor, aquel hombre de sangre real, pudiera convertirse en su esposo, sino rodaría su cabeza en el patíbulo, como paso infinidad de veces hasta que llegara a su vida aquél que rompería con su mandato de la manera más insospechada, Calaf.



Primer Acto. Junto a la murallá de Pekín, un mandarín da lectura a un decreto de la princesa Turandot. Según la ley, la princesa sólo se casará con aquél de sangre real que sepa responder 3 adivinanzas, el fracaso supone la muerte. Lo cual le esperaba prontamente al prícipe de Persia, que habia fracasado en su intento. En medio de los preparativos para la ejecución, el pueblo reunido pide la sangre del jóven príncipe, mientras se aguarda al verdugo, Pu-Tin-Pao. En el tumulto ha caído un anciano, su esclava, la jóven Liú, siempre devota del viejo pide ayuda a un hombre desconocido. Ambos se reconocen, son hijo y padre, Timur un rey destronado y Calaf su hijo, el príncipe que era heredero al trono, ambos habían huído de su reino a causa de un usurpador al trono.
En medio de la ejecución, la multitud canta salvajamente aclamando se rodará la cabeza del próximo sentenciado, al caer la noche el tono violento de sus cánticos desciende esperando que aparezca la luna. Hace aparición el cortejo, el pueblo al ver al sentenciado a muerte, pide piedad por el, pero sus voces no son escuchadas. Al poco rato, aparece Turandot en uno de los balcones del castillo. Todos los presenten inclinan su cabeza ante la llegada de la princesa, menos el verdugo y ambos príncipes. Turandot hace un gesto expresivo, indicando que se cumpla la sentencia. Calaf ha quedado prendado de su belleza, cuando a la lejanía se escuchado un grito desesperado a últimos segundos de que se le hubiera dado muerte al príncipe de Persia: "Turandot!". Calaf decidé quedarse allí, a pesar de las súplicas de su padre y la esclava. El príncipe decidé presentarse a la prueba y hacer sonar el gong ceremonial para anunciarlo.

Ping, Pang y Pong, 3 de los ministros de la princesa, interceptan a Calaf tratándo de persuadirlo de someterse al juego de Turandot, diciéndole que ella es mala y que es como todas las demás mujeres, que no debería de tomar ese riesgo, pues su suerte será la misma. Su charla es interrumpida por las sirvientas de la princesa, y les órdenan guardar silencio para no turbar el sueño de su dueña. Pero pronto los ministros reanúdan la charla. La sombra de los pretendientes muertos vuelan sobre ellos. Finalmente el príncipe los ahuyenta, pero su padre y Liú tratán de disuadirlo también, el se conmueve, sin embargo sigue firme en su resolución. Su muerte aparentaba ser segura.

Segundo Acto. En el pabellón los 3 ministros aparecen realizando los preparativos para unos próximos esponsales o para un funeral, recuerdan los días felices y se lamentan. Mientras la multitud se congrega para presenciar la nueva pretensión, en lo alto de una escalera, aparece el emperador, Altoum, sentado en un alto trono, este también trata de disuadir con una voz débil y temblorosa al príncipe, pero no lo consigue. De pronto, como en cada aparición de Turandot, se escuchan voces infantiles y un coro, ella entra a escena vestida por completo de oro. En su aria "In questa reggia", explica las razones de su bárbaro edicto: Lo hace en venganza de lo que aconteció hace miles de años, cuando una princesa fue raptada y violada cruelmente por un bárbaro. Con aire amenazador aconseja al príncipe que no siga adelante, sin embargo es claro hasta ahora que nada haría a Calaf cambiar de opinión. Turandot plantea la primera adivinanza: "En la noche sombría vuela un fantasma iridiscente, sale y despliega las alas sobre la infinita y negra humanidad. Todo el mundo le invoca! Todo el mundo le implora! Pero el fantasma desaparece con la aurora para renacer en el corazón! Y cada noche renace Y cada dia muere!." A la cual el principe responde velozmente: "Esperanza", respuesta que es correcta. La segunda adivinanza: "Brilla como una llama pero no es llama, a veces es un delirio. Es fiebre de ímpetu y el ardor! La inercia la cambia en languidez! Si sos vencido o pierdes se enfria! Si soñas con ganar, se inflama! Su voz la escuchas palpitante y suena brillante como la puesta de sol." La respuesta del príncipe también es certera: "Sangre". La expectación del pueblo congregado sube. Ante la tercera adivinanza: "Gelo che ti da foco?" (¿Cuál es el hielo que enciende tu llama?), el príncipe duda un momento, pero rápido responde: "Turandot". Milagrosamente el príncipe ha triunfado, lo que obliga a la princesa a cumplir con su palabra. La princesa protesta y se niega a cumplir, le suplica a su padre que no la entregue al desconocido, pero este no accede, en el fondo también deseaba que el vil juego de su hija terminara. Ante esto, la princesa le pregunta a Calaf si desea conseguirla por la fuerza, él en cambio, de una personalidad noble y valiente pero también inteligente, le contesta que no, que el no desea eso, por lo cual le ofrece una oportunidad de quedar libre, sólo si descubre el siguiente enigma: "Mi nombre no sabes, dime mi nombre, dime mi nombre y al alba moriré". La princesa accede. El emperador ruega que Calaf sea su hijo caída el alba, la corte se retira, el pueblo se postra ante ella y canta en su honor.

Tercer Acto. Evidentemente la princesa ante la propuesta de Calaf hará lo posible para resolver el enigma, y obliga a todos sus súbditos y al pueblo que nadie dormirá hasta que se revelé o encuentre al que sepa el nombre del principe extranjero que la ha derrotado.. "Nessun dorma, nessun dorma" -El príncipe debe de ser descubierto bajo pena de muerte-, los heraldos de la princesa esparcen este decreto. Mientras tanto, Calaf al pie de una escalera aguarda el alba contemplándo a las estrellas, pues seguro esta de su victoria, es cuando en un aria recogé estas palabras, a la que se une un coro de voces entre bastidores: "Su nombre nadie sabre, y nosotras Ay! Debemos morir, morir" Los 3 ministros tratan de persuadirle, lo mismo que hace el resto del pueblo, se le ofrecen a Calaf, mujeres, joyas y cofres de oro, pues la ciudad de Pekín se llena a segundos de inmenso terror, Calaf no acepta, sigue firme en su pretensión.
De repente, Timur y Liú son apresados, se les había visto con Calaf: "Eccolo il nome!" (Aquí esta el nombre!), exclaman. El príncipe dice que ellos no saben nada, pero no lo escuchan. Es avisada Turandot, cuando Ping se ofrece a arrancarles de la boca el nombre del extranjero, Liú se adelanta, diciendo que Timur no sabe nada y que la única que conoce el nombre del príncipe es ella. El pueblo pide que sea torturada, lo cual es llevado a cabo, se le pregunta una y otra vez, pero ella no dice nada. Calaf a pesar de estar presente, no interviene. Turandot pregunta a Liú que es lo que la hace tan fuerte, ella responde: El amor. Ante el silencio de Liú, Turandot llama al verdúgo, por lo cual Liú dice que hablara: "Tu che di gel sei cinta" (Tú, que estás rodeada de hielo) prediciendo que la princesa cederá, así como ella habrá de morir. Sacando un puñal se da muerte y cae a los pies de Calaf. Timur desesperado toma la mano de Liú: "Liú, bonta, Liú dolcezza" (Liú, bondad; Liú, dulzura). La multitud ahora arrepentida le pide al espíritu de Liú su perdón.

Aquí termina la música compuesta por Puccini
(Recordar que este fallece sin haber completado la obra, dejándo el hijo del maestro a Franco Alfano a cargo para que terminara el trabajo de su padre).

Ante la muerte de Liú, salen todos, quedándo únicamente Turandot y el príncipe, el le reclama por su dereza, ella en cambio que al principio lo había reclazado, acepta que él la bese apasionadamente, mientras se escuchan a lo lejos unas voces femeninas. A la mañana siguiente, Turandot se siente consternada por haber sido al fin vencida y llora por primera vez, le pide que la deje, pues aún no ha podido conocer su nombre, pero él entonces se lo dice: Calaf, hijo de Timur, ahora ella si quiere, puede matarlo.

La escena final ocurre ante el palacio, donde la multitud rinde homenaje al Emperador. Turandot trae a Calaf y le dice a su padre que ya conoce el nombre del extranjero: "Il suo nome e Amor" ("Su nombre es Amor"). El pueblo canta lleno de júbilo.

Música: Giacomo Puccini
Libreto: Giuseppe Adami y Renato Simoni







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